Trump toma ventaja sobre Harris en carrera presidencial
- Otro Enfoque
- 6 nov 2024
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Trump lidera en estados clave, pero la carrera sigue reñida, acumula ya 230 votos del colegio electoral frente a los 210 de Harris en esa carrera donde la marca a batir es 270.

foto: Internet
Por: Yustin Vilchez
Donald Trump acaricia el retorno a la presidencia de Estados Unidos. Conforme avanza el recuento de la noche electoral, y a falta de los resultados en varios estados clave, va cobrando fuerza la posibilidad de una victoria del republicano ante la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, con la que ha librado tres meses de una batalla cruenta y turbulenta.
Trump acumula ya 230 votos del colegio electoral frente a los 210 de Harris en esa carrera donde la marca a batir es 270. A su favor se ha inclinado ya Carolina del Norte, el primero de los siete estados bisagra en los que se ha declarado un ganador. Las opciones de Harris para una posible victoria parecen reducirse a lo que suceda en Michigan, Wisconsin y Pensilvania, los tres estados del llamado 'muro azul' que Trump tumbó en 2016, Joe Biden recuperó en 2020 y ahora se dirimen en una lucha tremendamente ajustada.
Una victoria de Trump, sumada a la conquista del Senado, donde los republicanos se han hecho con los dos escaños que les faltaban para controlar la Cámara alta, representaría un triunfo político innegable. Y con él, Trump sumaría otro capítulo a una de las historias políticas más anómalas, y oscuras, que recuerda el país.
Trump. a los 78 años, podría ser el presidente de más edad en la historia, y también el primero desde Grover Cleveland a finales del siglo XIX en regresar al poder cuatro años después de haberlo perdido. También se convertiría en el primer delincuente convicto elegido para ocupar el Despacho Oval, condenado en Nueva York por el caso Stormy Daniels.
Puede volver al mismo lugar desde el que en 2020 lanzó una gran mentira sobre un inexistente fraude electoral en su derrota entonces frente a Joe Biden, mentira que agitó hasta que una masa de sus seguidores asaltó el Capitolio y que, a día de hoy, aún mantiene.
Cuatro imputaciones
Aquel episodio, que por unos días le convirtió en políticamente radioactivo y pareció que sería el fin de su carrera, le valió el segundo de sus juicios políticos (impeachment del que, como en el primero, salió exonerado). También le valió una de las cuatro imputaciones penales en su contra. Pero sobrevivió políticamente, como en la campaña ha sobrevivido a dos intentos de asesinato.
En cada paso ha ido consolidando su control y dominio del Partido Republicano y el fervor entre su base más fiel de seguidores, un movimiento con claras muestras de un culto a la personalidad al que en estas elecciones se han sumado también sus avances entre otras partes del electorado, como hombres jóvenes, latinos y negros, y trabajadores afiliados a sindicatos. Y esos avances rompen definitivamente los esquemas sobre los que durante tiempo se construyó la idea de una parte importante de la base demócrata.
De poco parecen haber servido las advertencias que sus rivales en el duelo presidencial, primero Biden y luego Harris, han hecho sobre el riesgo que su retorno a la Casa Blanca representaría para la democracia. De poco las alertas definiéndolo como “fascista” de muchos de quienes sirvieron con él en su primer mandato o de estudiosos del autoritarismo. De poco el temor que expresaban ellos y muchos votantes demócratas de la deriva hacia el poder absoluto que representaría su victoria, más si llegaba acompañada por ese control del Congreso al que también apuntan los resultados hasta el momento de escribir estas líneas.
Mensajes racistas
Entre los estadounidenses que han ido a las urnas, y con el sistema del Colegio Electoral jugando a su favor, muchos han comulgado con el discurso y las propuestas de Trump. Son mensajes en los que en campaña ha ido más allá del descontento con los altos precios y la preocupación por la economía que eran cuestión prioritaria para muchos optando por centrarse en el retrato de una nación en declive donde prácticamente todos los problemas tienen su raíz en la frontera y en lo que denuncia como una “invasión” de inmigrantes.
Ha sido el suyo un retrato trazado con una retórica cada vez más xenófoba y racista y con propuestas extremas, como la mayor operación de deportación de la historia, planes que ahora parecen estar a punto de volverse agenda presidencial.
En su potencial triunfo también late el respaldo a su política del Estados Unidos primero, una filosofía de nacionalismo populista con reverberaciones globales, ya sea en política exterior o en la economía global. Y si la victoria acaba culminando se abren profundos interrogantes en cuestiones como el futuro de la ayuda de EEUU a Ucrania conforme libra la guerra de invasión que inició Rusia y se abre la posibilidad de guerras comerciales si aplica sus promesas de aranceles universales.
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